La exfoliación es un fenómeno de regeneración celular totalmente natural: las células nacen en la dermis, suben hasta la superficie y allí mueren y se eliminan naturalmente; pero este proceso de descamación de la piel del cuerpo se realiza a veces irregularmente y con lentitud, formando una capa de células muertas sobre la piel que impide la penetración de los productos y la buena regeneración de la epidermis.
Los exfoliantes encierran diminutas bolitas que liman las rugosidades y eliminan la células muertas. Su acción es totalmente superficial y no penetran jamás en las capas profundas de la piel se debe aplicar sobre la piel ligeramente húmeda, ya que el agua facilita el deslizamiento.
Se pueden aplicar directamente con las manos o poniendo un poco de producto en una manopla, siempre mediante movimientos suaves y constantes en sentido circular; se debe frotar con más insistencia en las zonas rugosas (tobillos, rodillas, codos) y en la espalda (zona especialmente grasa y propensa a las espinillas).
La elección de un producto exfoliante para el cuerpo va dictada exclusivamente por el gusto personal, ya que todos realizan la misma función sobre las mismas bases. Lo único que varía es la textura: gel o crema (en general los geles son más frescos y las cremas más suaves). Hay un tercer tipo que, al tiempo que permite la eliminación de las células muertas, hace las funciones de limpiadoras de un gel de ducha.
Para hacer una exfoliación corporal no es necesario un producto específico, puedes prepararte tú en casa tu propia exfoliante. Para ello, sólo necesitas un poco de aceite y un poco de sal marina. La exfoliación se hace con la palma de la mano abierta y friccionando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, será contestado a la brevedad posible.